El cine de ciencia ficción nos permite soñar con mundos y tecnologías que superan nuestras limitaciones terrestres, pero en ocasiones, los errores presentes en estas películas pueden eclipsar la belleza de la imaginación. "Gravedad" puede ser una película bien recibida por los expertos, pero aún se encuentran errores garrafales en muchas películas.
Uno de los errores más comunes que vemos en el cine es la utilización de la velocidad de la luz como una solución para conquistar el cosmos, cuando según la teoría de la relatividad de Einstein, viajar a la velocidad de la luz es imposible. Aunque los avances tecnológicos han acercado a la humanidad a velocidades cercanas a la luz, aún tomaría varios miles de años conquistar las distancias entre nuestro planeta y las estrellas cercanas. En el cine, se utilizan soluciones como el hiperespacio, el viaje interestelar o el plegado del espacio tiempo para superar esta limitación.
Otro error común que se presenta en el cine es la facilidad con la que las naves o instalaciones espaciales cuentan con gravedad, incluso a 50 años luz de cualquier objeto espacial que tenga la suficiente masa para generarla. La creación de naves que permitan generar la fuerza centrípeta necesaria para lograr la gravedad artificial sigue siendo un sueño para los humanos.
En las películas de ciencia ficción, los personajes se pasean por sus naves y por el espacio como si la radiación fuera algo insignificante, cuando en realidad es muy peligrosa. La exposición a la radiación en el espacio puede tener graves consecuencias para la salud a largo plazo, como el aumento del riesgo de cáncer. A nuestros astronautas de la Tierra, incluso en la Estación Espacial Internacional, les afecta la carga radiactiva en apenas unas semanas.
Otro error que se presenta en las películas de ciencia ficción es la exageración de la proximidad de los objetos en el espacio. Los planetas, sistemas, galaxias e incluso los agujeros negros están demasiado cerca en estas historias, incluso cuando se cuenta con la velocidad de la luz. En la realidad, las distancias entre estos objetos son extremadamente grandes y tomaría mucho tiempo y esfuerzo para llegar a ellos.
En la ciencia ficción, los viajes en el espacio son "edulcorados" a través de cámaras de internación que permiten a los tripulantes viajar grandes distancias y levantarse más jóvenes. Incluso los animales se benefician de esto, como el gato de Ripley, Jones, que fácilmente multiplicó por cinco sus años en el módulo de rescate del Nostromo. En la realidad, aún estamos muy lejos de poder utilizar estas tecnologías.
Otro error común en las películas de ciencia ficción es la transmisión del sonido en el espacio. En la realidad, el sonido no se transmite en el vacío del espacio, lo que hace imposible escuchar sonidos de objetos en movimiento. Además, los personajes pueden silbar mientras hacen su viaje espacial
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