Esto sucedió en un lugar en el que solía trabajar: un empleado puso un letrero que decía: "¿podrías jalarle al inodoro?" El jefe se molestó porque eso provocó que todo el equipo se viera como una bola de cerdos. La única jugada aquí es que se lo menciones a algunos de tus colegas con la esperanza de que el culpable te escuche por accidente. Mejor aún, jálale tú al inodoro. Sí, es asqueroso, pero alguien tiene que hacerlo.
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