Siempre que mi amigo y yo vamos al juego, yo manejo. Él toma alcohol hasta perderse y lo hace porque él sabe que yo soy el conductor designado. Me siento usado. ¿Puedo balancear las cosas?

Claro que puedes y debes. Sólo aclara la jugada antes de irse al juego: Yo tomo, tú manejas. O mejor aún, cambia las reglas de modo que todos estén contentos. Dile que también quieres ahogarte en cerveza, pero que después del juego tendrás que comer hamburguesas, pasar tiempo en el estacionamiento y esperar varias horas a que estés sobrio. Si está de acuerdo, tu rutina mejora. Si no, él querrá manejar la mitad del tiempo. De cualquier forma, tú ganas.

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